No hay duda de que, hasta hoy, el ser humano se ha relacionado y se relaciona con el entorno a través de los sentidos. Pero un estudio reciente muestra que quizá para ver no hagan falta los ojos.
Los impactos repetidos al rematar el balón con la cabeza producen una disrupción en las funciones cerebrales en jugadoras de fútbol. Hasta ahora todos los estudios se habían realizado en hombres.
Los olores llegan a los lugares del cerebro relacionados con nuestro mundo interior, donde se almacena nuestro acervo emocional. De ahí que determinadas sustancias o alimentos nos evoquen recuerdos.
Nuevas terapias basadas en la regulación de estas células pueden suponer un salto de calidad en las terapias para enfermedades como el alzhéimer, la esclerosis múltiple y las adicciones.
Aproximadamente un 10% de la población es zurda. Parece que está relacionado con un gen en el brazo corto del cromosoma II. Pero ojo, porque no es ninguna tara. Los zurdos no son mejores ni peores que los diestros, tan solo diferentes.
El desayuno tiene efectos saludables en general, entre otras cosas porque ayuda a prevenir la ganancia de peso a largo plazo, tanto en niños como en adultos. Ahora bien, desayunar no siempre mejora la atención, memoria y rendimiento cognitivo. ¿De qué depende?
Taquicardia, aumento de presión arterial, dilatación de las pupilas, sudoración excesiva, insomnio, euforia descontrolada, aparato digestivo trastornado… No es una enfermedad, sino los síntomas fisiológicos del enamoramiento.
Aunque despertemos en mitad de la noche con ataques de ansiedad o apenas podamos ir a trabajar porque todo se nos hace cuesta arriba, hablar de ello y ponerle remedio aún es un tema tabú. Este domingo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental.
¿Quién no ha puesto la casa patas arriba buscando unas llaves, un libro o cualquier otro objeto que parece que se ha tragado la tierra? Los seres humanos disponemos de un don innato para el olvido. Paradójicamente, a veces no logramos borrar de la memoria experiencias ingratas.
En el Día Mundial del Alzhéimer nos centramos en una de sus consecuencias: ciertas alteraciones de la función lingüística y, como consecuencia, de la capacidad de comunicarse. En este contexto, el papel de los logopedas resulta esencial.
Padecer enfermedades mentales sigue considerándose por buena parte de la sociedad un asunto vergonzoso. Incluso culpabilizamos a quienes las sufren. Nada que ver con lo que sucede ante cualquier otro tipo de padecimiento.
Por asombroso que resulte, la elevada riqueza de nuestra flora intestinal se asocia a niveles bajos de soledad, a mayor sabiduría y a una tendencia acentuada a aprovechar el apoyo social disponible.
¿Cómo es posible que nuestro sofisticado cerebro sea capaz de engañarnos al percibir voces que no existen con la misma claridad con la que oímos las de quienes nos hablan? ¿Cómo puede hacernos sentir sin motivo tan miserables que deseemos no seguir viviendo? ¿O impedirnos apartar ideas que reconocemos como completamente inútiles?
De todos los neurotransmisores del cerebro, el más concentrado es el ácido glutámico. Gracias a él podemos leer, pensar, respirar y otras funciones vitales. Y tiene mucho que ver con la intoxicación que causa la comida contaminada en una marea roja.
Doctor en Psicología Clínica. Director del Máster en Gerontología y Atención Centrada en la Persona (Universidad Internacional de Valencia), Universidad Internacional de Valencia
Profesora del Departamento Psicología/ Psicología Básica. Grupo de investigación HUM-891 Investigación en Neurociencia Cognitiva, Universidad de Almería
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, Universitat de Barcelona