Los intentos para clasificar los cerebros a partir de datos neuroanatómicos no parecen haber aportado mucho más que lo que ya se sabía: que los hombres poseen cabezas más grandes que las mujeres
Ante el anuncio del dispositivo neuronal de Elon Musk, la autora explica los grandes desafíos de implantar dispositivos electrónicos en el cerebro. Retos que la neurociencia trata de solucionar.
Para poder tomar decisiones, planificar y vivir sin estrés necesitamos activar de cuando en cuando las “neuronas de no hacer nada”, esto es, la red neuronal por defecto o red de reposo.
El principal efecto del envejecimiento es la pérdida de conexiones entre las neuronas. Algunas de las medidas para frenar este proceso incluyen evitar el sedentarismo y llevar una dieta saludable.
Los conductores novatos son incapaces de pensar en nada que no sea conducir. En cambio, una vez habituados, la conducción se automatiza y la mente se relaja. Es entonces cuando surge el peligro de la somnolencia.
En última instante, cualquier diferencia de sexo en las estructuras cerebrales se debe probablemente a una combinación compleja e interactiva de genes, hormonas y aprendizaje.
El consumo habitual de videojuegos puede provocar cambios neuronales que mejoran la atención, la percepción, la memoria y las funciones ejecutivas. Sin embargo, también pueden crear adicción.
Son muchos los que experimentan dolor musculoesquelético a pesar de que las pruebas médicas que les han realizado apuntan a que no tienen ninguna lesión. ¿Por qué? Y, sobre todo, ¿cómo se remedia?
Pese a tratarse de un fenómeno natural, el envejecimiento es un proceso que nos cuesta aceptar. Y el cerebro, uno de nuestros órganos más activos, lo sufre especialmente.
Si una madre sufre estrés intenso y continuado durante la gestación, en el cerebro fetal se producen cambios epigenéticos y estructurales. Y lo mismo sucede con las adversidades infantiles.
Las circunstancias que rodean a la pandemia pueden generar respuestas negativas de estrés. Y, aunque el ser humano dispone de mecanismos para hacerle frente, puede tener consecuencias para el cerebro.
Aunque afecta principalmente al tracto respiratorio superior, el SARS-CoV-2- también ataca otros órganos, entre los que podría estar incluido el cerebro, lo que explicaría algunos problemas cognitivos.
¿Por qué es importante ser donante de tejido nervioso? Porque permite avanzar en el conocimiento de la auténtica pandemia del siglo XXI: las enfermedades neurodegenerativas.
Muy probablemente, el coronavirus nos pasará factura en términos de trastornos de depresión, una enfermedad del cerebro para la que cada vez hay más opciones de tratamiento.
La crisis sanitaria nos ha obligado a cambiar hábitos que teníamos bien asentados, con el impacto cerebral que eso conlleva, y es probable que haya alterado nuestra forma de abordar la realidad. Pero, lejos de alarmarnos, debemos ser optimistas ante estos cambios.
Ser racista no depende solo del individuo, sino de su contexto social. Expresiones y actitudes aceptadas localmente se hacen cada vez más insostenibles en la sociedad global. Se trata de cambiar cómo vemos lo “normal”.
La luz hace posible el proceso de la fotosíntesis, nos permite comunicarnos y, encima, cura. Para eliminar tumores o combatir alteraciones del cerebro, el futuro de la fotomedicina parece prometedor.
Doctor en Psicología Clínica. Director del Máster en Gerontología y Atención Centrada en la Persona (Universidad Internacional de Valencia), Universidad Internacional de Valencia
Profesora del Departamento Psicología/ Psicología Básica. Grupo de investigación HUM-891 Investigación en Neurociencia Cognitiva, Universidad de Almería
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, Universitat de Barcelona