Hace una década desaparecieron en México 43 estudiantes de una escuela rural de Ayotzinapa donde se preparaban para ser futuros maestros. Aunque a estas alturas está claro que fue un crimen de Estado, sigue sin desvelarse qué sucedió.
La violencia contra las mujeres es una grave violación de derechos humanos y un problema de salud pública, según la OMS y el Convenio de Estambul. Esta incluye abuso físico, sexual, psicológico y también violencia por parte de sus hijos, una lacra silenciosa.
Investigadores españoles han llevado a cabo un experimento para analizar la actividad cerebral de hombres y mujeres durante el visionado de una película violenta. Y no la ven igual.
Muchos gobiernos de América Latina están recurriendo a medidas draconianas como las del líder salvadoreño Nayib Bukele en un intento de frenar la creciente violencia de las bandas.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele aspira a la reelección por mayoría aplastante. El éxito se atribuye a la notable reducción de homicidios. Sin embargo, la calidad democrática del país está en entredicho.
La vida de Nishimura Mako en la yakuza fue peligrosa y violenta. Su historia redefine los límites de los roles de género y la lealtad en el brutal mundo del crimen organizado japonés.
Ecuador está perdiendo la guerra contra una estructura de violencia cada vez más arraigada en los cimientos de una sociedad con una economía debilitada y unos sistemas político y jurídico dominados por la corrupción.
Del amor romántico a una relación con violencia hay en muchas ocasiones solo un paso. Por eso, es imprescindible detectar a tiempo este tipo de relaciones, prevenirlas y conocer las señales que indican que estamos ante una de ellas.
María Martinón-Torres, Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)
Cuando los antropólogos analizan muertes por agresión que han marcado la historia de nuestra especie desde su origen, y las comparan con el nivel de interacciones letales en otros primates, concluyen que no somos más violentos que ellos.
Cada vez que un acontecimiento violento estalla en algún rincón del mundo, sufrimos una inundación de imágenes terribles. Así, últimamente hemos asistido a la retransmisión casi en directo del terror de los conflictos de Ucrania y Gaza. ¿Qué impacto tiene en nuestras mentes?
El caso de los cinco veinteañeros secuestrados en el estado de Jalisco y grabados en vídeo por sus torturadores demuestra la irrupción del terror del crimen organizado en los escenarios virtuales.
A principios de agosto desaparecieron en Jalisco (México) cinco jóvenes amigos que acudían a una fiesta en Lagos de Moreno. Un video difundido poco después mostraba que habrían sido torturados.
La violencia es una constante en la odisea que viven las personas refugiadas, con el consiguiente daño psicológico. Atenderles en el país de acogida es una obligación moral que, además, facilitará su integración.
Las interacciones en las redes sociales tienen un impacto directo en hasta qué punto aceptamos o rechazamos la violencia; en el caso de los jóvenes, esta influencia es todavía mayor.
Los motivos para radicalizarse en Colombia a través de las FARC y el ELN podrían haber sido forzosos, pero también sociales, religiosos, de estatus y hasta económicos.
Jóvenes con educación superior a la media, con experiencias migratorias vinculadas a una fuerte frustración de expectativas de integración y de movilidad social que habían experimentado un acontecimiento vital o familiar traumático: así son los terroristas que han atentado en Rusia.
Algunos espacios públicos presentan mayor riesgo de ser escenarios de un delito por la falta de concurrencia de personas y eso supone un agravante en una sentencia condenatoria. Es necesario un diseño urbano que considere este peligro.
Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Psicólogo Forense de la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Jaén, Universidad de Jaén