Las parejas conviven durante periodos de tiempo muy prolongados durante las vacaciones y eso hace que se incremente el malestar emocional y el impacto que este tiene en las relaciones.
El mito del amor romántico, el aislamiento de la víctima y la feminización de la pobreza son las tres razones fundamentales por las que muchas mujeres no son capaces de escapar de las relaciones de abuso por parte de sus parejas.
Dani Alves durante un entrenamiento con el FC Barcelona en el Camp Nou en 2022.
Shutterstock / Christian Bertrand
¿Por qué Dani Alves ingresó en prisión provisional sin haber sido juzgado? ¿Puede su víctima renunciar a la indemnización del deportista o eso lo tendrá que determinar el juez? La autora explica el caso desde el punto de vista jurídico.
Es necesario que el personal de los locales de ocio tenga formación especializada. Cada local puede diseñar su propio protocolo o adherirse a los que existen. Además, el compromiso contra la violencia sexual ha de visibilizarse a través de carteles o mensajes en redes sociales.
La violencia económica contra la mujer incluye actos como prohibir o impedir que esta consiga una fuente de recursos propia o no proveer de recursos económicos para los gastos básicos del hogar. Aún no está tipificada en el Código Penal.
Manifestación del 8 de marzo de 2017 en Madrid.
Shutterstock / Marcos del Mazo
Es fundamental garantizar los derechos de las víctimas, a ser creídas en sus relatos del horror y a la reparación, asegurando no causar más dolor evitando la violencia institucional y la revictimización.
Manifestación del 8 de marzo de 2022 en Puebla (México).
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La dependencia emocional es “la nueva esclavitud del siglo XXI”. Se trata de una necesidad extrema de muestras de amor y contacto por parte de la pareja. Que crea adicción y perpetúa las relaciones violentas.
El caminante sobre el mar de niebla (Caspar David Friedrich, 1817).
Wikimedia Commons / Hamburger Kunsthalle
Este siglo XXI nos ha situado ante una serie de acontecimientos producidos o modificados por la acción humana: la pandemia de covid-19, la crisis ambiental, la pobreza, el hambre, la guerra, los éxodos, el odio racial, la xenofobia, las ideologías y políticas excluyentes, el machismo y la violencia contra las mujeres… Los autores presentan la ‘paradoja antrópica’, un concepto para el análisis de esta diversidad de acontecimientos, en entornos en los que abundan las contradicciones y las incertidumbres.
La violencia contra las mujeres no se reduce a la violencia física. Si hacemos un recorrido por las distintas formas de violencia que se ejerce en el mundo contra las mujeres el resultado es escalofriante. En la educación está una de las soluciones.
La violencia psicológica deja una huella más profunda en las mujeres que en los hombres debido a que tenemos modelos educativos y sociales basados en estereotipos machistas. Es más fácil recuperarse del maltrato físico que de la violencia psicológica. En el caso de las menores, la recuperación es aún más compleja.
Las violencias digitales suponen una extensión de la violencia machista del mundo ‘offline’. Tiene muchas formas, todas denigrantes, especialmente para las adolescentes.
Es una de las formas más extremas y brutales que adopta la violencia de género y muy pocas veces se denuncia. La mujer es víctima indirecta del maltrato, las agresiones e incluso el asesinato de sus propios hijos,
Las nuevas generaciones tienden a seguir reproduciendo los viejos patrones machistas a pesar de que la acción legislativa se ha endurecido contra la violencia hacia las mujeres.
Los roles de género y determinadas actitudes discriminatorias pueden surgir a edades muy tempranas. Por este motivo la intervención en la escuela primaria es una oportunidad para la prevención.
Las mujeres mayores víctimas de violencia machista recurren menos que las jóvenes a los servicios de ayuda y tienden a hablar menos del problema a su entorno. Pero las variables asociadas a su edad aumentan la vulnerabilidad de las víctimas.
Manifestación feminista del 8 de marzo de 2020 en Málaga.
Shutterstock / David MG
Las jóvenes se consideran más feministas que los jóvenes. Muchos de ellos aún siguen pensando que la violencia de género tiene justificación, es inevitable o es un invento ideológico.
Casi el 80 % de las mujeres con discapacidad son víctimas de violencia y presentan un riesgo cuatro veces mayor que el resto de las mujeres de sufrir violencia sexual.
No es mejor tener un mal padre que ninguno. Cuando un hombre muestra conductas agresivas y violentas con su pareja es muy posible que las tenga también con sus hijos antes o después. ¿Ampara la ley a estos menores?
Mientras que muchas personas vaticinaban un aumento de casos de violencia de género durante el confinamiento, las estadísticas dicen que 2020 ha sido, desde 2003, el año con menos mujeres asesinadas. Sin embargo, ese indicador no tiene en cuenta las diferentes formas de violencia hacia la mujer.
Global Director of Research, International Center for Journalists (ICFJ) and Research Associate, Reuters Institute for the Study of Journalism (RISJ), University of Oxford
Profesor Titular de Universidad. Investigador del Instituto Universitario para el Análisis Económico y Social (IAES) y de la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y Turismo, Universidad de Alcalá
Investigadora en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales CEMS- EHESS- Francia y en COES- Chile (Centre for Social Conflict and Cohesion Studies), Diego Portales University