La historia española relata la existencia de diversos nacionalismos períféricos (catalán y vasco), mientras que, en muchos casos, se obvia la existencia de un nacionalismo español de matriz castellana.
Las naciones son fenómenos colectivos resultado de procesos de construcción social. La manera de imaginarlas ha sido y es variable, y no siempre ha estado asociada a la modernidad.
Las narraciones maestras y nacionales suelen estar plagadas de ideas preconcebidas, heredadas de una memoria colectiva, frente a las que hay que practicar el método científico y la mirada crítica.
La buena educación es el mejor antídoto contra la mala política internacional, las fobias y la ignorancia. Es el mejor ecualizador entre los seres humanos y las sociedades en las que viven.
Para entender la guerra de Rusia en Ucrania, hay que fijarse en la mezcla de nacionalismo religioso y militarista bajo el mandato de Putin, que se manifiesta plenamente en la nueva Iglesia de las Fuerzas Armadas rusas.
Diferentes potencias internacionales como China, India, Pakistán, Turquía e Israel, entre otras muchas, se sirven de los videojuegos para reescribir su pasado e impulsar el patriotismo entre su población. Estos países crean videojuegos con claros fines propagandísticos de índole cultural y política.
La Candidatura d'Unitat Popular (CUP, una organización independentista, ecologista, feminista y anticapitalista) ocupa un posición central en la serie de acontecimientos que se han sucedido en Cataluña en los últimos años y que se conocen con el nombre de “el Procés”.
Jesus Casquete, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Considerando lo que representó el fenómeno fascista en Europa en el periodo de entreguerras, y después de la II Guerra Mundial con la instauración de regímenes autoritarios en España, Grecia y Portugal, el uso actual de la etiqueta aconseja ciertas reservas.
La estrategia del partido que lidera Santiago Abascal durante la crisis del COVID-19 arroja luz sobre sus principales características: una suerte de populismo radical de derechas aderezado de particularidades españolas, tradicionalismo y centralismo.
Desde 2015 la política española ha vivido en una montaña rusa. Cataluña, el artículo 155, la moción de censura, la irrupción de Vox… El suspense, tras nuevo escenario tras el 28A, está asegurado.
Populismo y nacionalismo son dos conceptos que hoy van unidos. Propuestas aislacionistas, euroescepticismo y una definición de nación frente al “enemigo” son tres de sus principales ingredientes.
Las guerras mundiales, el telón de acero, Schengen… la historia de Europa está ligada a la construcción y destrucción de fronteras. Los principales afectados, los ciudadanos.
El éxito electoral del populismo en la era de la posverdad está impulsado por lo digital, en concreto, por las redes sociales. Las elecciones en Cataluña (21D) están marcadas por el líder influencer.
La crisis griega podría haber sido la ocasión para el país de situarse en buena posición de cara a la zona euro y aclarar sus intenciones hacia la moneda única. Desafortunadamente, no ha sido el caso.
Investigador postdoctoral en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad de Alcalá