Las tecnologías basadas en pruebas de conocimiento cero permiten ceder ciertos atributos de los datos, sin revelar toda la información. Por eso respetan la privacidad.
Los algoritmos detectaron por primera vez el virus de Wuhan, ayudan a estudiar el avance de la epidemia y contribuyen a la búsqueda de vacunas y tratamientos.
¿Debemos aceptar que se compartan los datos que los robots de limpieza recogen en las viviendas? ¿Qué límites se deben imponer? ¿Qué mecanismos tenemos para ejercer nuestros derechos?
La protección de datos es algo más que un impreso de consentimiento. Los investigadores deben entender que se trata de un compromiso ético de valor incalculable.
Tecnologías como el ‘big data’, el ‘machine learning’, las redes sociales y los dispositivos inteligentes permiten a las aseguradoras extraer información valiosa de fuentes antes imposibles.
El modelo de negocio dominante en la industria digital no prefigura un futuro tecnológico emancipador. La dietética digital plantea una desconexión parcial y temporal, necesaria para reprogramarnos y reconectarnos.
El ‘big data’ es una herramienta muy potente para los investigadores, pero deben considerar los aspectos éticos de su utilización y su responsabilidad en la protección de los datos.
Asia y Estados Unidos avanzan imparables en el tratamiento de los datos. Mientras, Europa permanece en una especie de parálisis que afecta a investigadores, empresas, universidades y hasta los propios Gobiernos.
La inteligencia artificial abarca numerosos y complejos conceptos. Una de las partes más significativas de esta disciplina son las tecnologías del lenguaje, que han avanzado notablemente en los últimos años, si bien aún están lejos de superar la capacidad comunicativa del ser humano.
La forma en la que comunican las empresas ha cambiado en los últimos 40 años. Las diferencias entre la comunicación interna y externa se han difuminado.
El ‘big data’ permite a las aseguradoras elaborar perfiles de los usuarios y diseñar coberturas a medida, utilizando información relacionada con la geolocalización, estado de salud e ideología.
El análisis masivo de datos no es nuevo para el deporte, y tiene el potencial de cambiar la forma en la que se compite en juegos como ‘League of Legends’.
Más allá de la receta electrónica y la historia clínica de los pacientes, implantadas ya en toda España, estamos lejos de una transformación digital completa del sistema sanitario.
La ingente cantidad de información que producimos es un recurso y saber aprovecharlo es crucial para hacerse un hueco en el mercado laboral presente y futuro.
El Gender Gap Tracker es una herramienta tecnológica que ha analizado miles de artículos de la prensa canadiense para identificar las voces femeninas que se mencionan y se citan en ellos.
Expert in AI, Data and Tech for Development, Policy-making and Governance. Expert in biomedical and digital innovation., Universidad Politécnica de Madrid (UPM)