Ainhoa Iglesias Ara, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea and Asier Fullaondo, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
La famosa albóndiga de carne de mamut creada por una empresa australiana podría parecen un hito para la carne artificial, creada en laboratorio. Pero no es todo lo que promete.
Un plato de ternasco, cordero alimentado con leche materna y cereales naturales.
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Es “carne rosa”, ni roja ni blanca. Así se refieren ganaderos y científicos a la carne de cordero. La pierna tiene entre 64-68 mg/100g de colesterol, similar al muslo de pollo y menor que el huevo.
La carne producida en extensivo, por norma general, tiene unas características químicas, físicas y organolépticas superiores a la que se produce en intensivo.
Vacas de carne pastando en bosque de roble en el que se han hecho.
tratamientos selvícolas.
José A. Reque
El ganado en extensivo pasa una parte importante del año alimentándose en zonas arboladas. Los terrenos pastados tienen una enorme capacidad para secuestrar carbono. Pero la Política Agraria Común no contempla fondos para al pastoreo en terrenos forestales.
Tanto los sistemas ganaderos extensivos como los intensivos deben cumplir con una estricta normativa sobre bienestar animal y pasar diferentes controles que garantizan la calidad de los productos.
Las explotaciones de mayor tamaño tienen una producción más homogénea y continua a precios más competitivos. Para que las pequeñas puedan sobrevivir y competir, es preciso que la sociedad valore y demande sus productos.
Siete días después de nacer, un pollito destinado al consumo humano pesará más de cuatro veces su peso inicial. De su engorde depende la rentabilidad de la industria.
Que tantas personas pasen hambre no es por falta de comida. La agricultura mundial podría alimentar a 12.000 millones de seres humanos (un planeta y medio). Eso sí, a condición de sustituir buena parte de la carne de la dieta por proteína vegetal. Cuestionar las macrogranjas tiene más sentido que nunca.
La carne no es el origen de la proteína en la dieta mediterránea, un patrón del que tenemos un concepto equivocado y, sobre todo, excesivamente plástico.
¿Reduciría su consumo actual de carne y lácteos? Existen motivos éticos, ambientales y de salud para hacerlo. Los españoles, sin embargo, comemos más carne que nunca.
Para llevar una dieta sostenible, la clave es reducir los alimentos de producción animal y aumentar los de origen vegetal dentro de un menú equilibrado y saludable. En el Día de la Gastronomía Sostenible, la autora explica cómo hacer más sostenibles los hábitos alimentarios.
Argumentos ecológicos, económicos y éticos están empujando el desarrollo de tecnologías para obtener carne sin el sacrificio de animales. ¿Son realmente necesarios todos estos esfuerzos?
Recientemente, Singapur ha aprobado la comercialización de carne artificial procedente de células de pollo cultivadas in vitro. ¿Qué supondrá esto para la ganadería, el medio ambiente y la salud?
Una tasa aplicada a ciertos alimentos, como la carne, permitiría fomentar la disminución de su consumo y compensar las emisiones y otros efectos ambientales negativos de su producción.
Hay argumentos biológicos para afirmar que una dieta exclusivamente vegana no solo resulta antinatural en nuestra especie, sino que hay razones fisiológicas de peso que la desaconsejan.
Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)