Una investigación desafía la idea de que el éxito escolar se deba únicamente a los recursos, el intelecto o el esfuerzo individual, destacando factores sociales que moldean las trayectorias educativas
El efecto que la educación tiene sobre la salud va mucho más allá del acceso a determinados puestos de trabajo o estatus socioeconómico. Un buen nivel educativo se asocia a hábitos más saludables.
Ser mujer, vivir en condiciones de hacinamiento, trabajar o cuidar de otros familiares, tener una madre que terminó estudios secundarios o acceso a internet determinan los resultados de las pruebas.
Se achaca a los planes de estudios bilingües consecuencias negativas que son endémicas de la educación en España. Nuestra investigación demuestra que la educación bilingüe colabora a paliar algunas.
Aunque nos gusta pensar que somos libres para tomar nuestras propias decisiones (dónde y cómo vivir y qué comer), la ciencia advierte que hay múltiples factores que influyen sobre nuestras acciones. Como por ejemplo, nuestra ciudad o nuestro barrio.
El mercado laboral está experimentando grandes cambios y las mujeres no van a estar presentes en él si no ponemos soluciones. Incluso en países con gran igualdad de género las niñas acceden menos a las disciplinas STEM. Las profesiones del futuro las dejarán fuera si no se les facilita el acceso a ellas con motivación y autoconfianza.
La educación ha vivido un año complejo, un año del que no sabemos si logrará recuperarse pronto. Fue azotada por las consecuencias de una pandemia y los alumnos, como si estuvieran en situación de guerra, volvieron a sus casas. Como colofón a estos meses tan convulsos se aprobó la octava ley educativa de la democracia española.
Velemos por el acceso, el contexto, la didáctica y la creatividad en el retorno a las aulas. Esos cuatro aspectos garantizarán una educación de calidad.
La clave de la educación a distancia está en el profesorado, no en las tecnologías. Es prioritario invertir en el capital humano, que es el que facilita la interacción entre las personas y el aprendizaje. La educación en pandemia necesita menos productos tecnológicos y más personal capacitado.
La pandemia ha obligado a repensar el modelo de escuela. Frente a los modelos presenciales o virtuales, el autor plantea la necesidad de implantar una fórmula híbrida y flexible.
La nueva fórmula de enseñanza que nos ha traído la pandemia parece controvertida. Un equipo de investigación ha entrevistado a alumnado, profesorado y familias. Los resultados indican que, pese a los esfuerzos, la virtualización tiene aún muchas lagunas.
El confinamiento ha puesto en evidencia que ni muchos docentes ni muchos alumnos estaban preparados para afrontar la educación a distancia. La falta de dispositivos en muchos hogares hace que miles de alumnos no dispongan de ordenador para hacer sus trabajos, lo que provoca una enorme desigualdad educativa.