¿Qué implicaciones tiene el uso del teclado para el procesamiento de lo que escribimos? ¿Y qué consecuencias puede tener abandonar la escritura manual durante la etapa escolar?
Internet y las redes sociales han transformado el modo de relacionarse y existir en el mundo, especialmente de los jóvenes. Sin ser necesariamente malo, sí es importante ser conscientes de los riesgos.
Existe una corriente ‘antipantallas’ que achaca muchos de los actuales males de la educación a su uso en las escuelas. Analizamos y desmontamos algunas de estas creencias.
Daniel Losada, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Las tecnologías digitales no están corrompiendo la educación, pero tampoco la están mejorando. Solo una planificación sosegada hacia una escuela para todos nos puede llevar a un desenlace positivo en su integración.
Nuestra competencia lingüística se construye sobre todo en los primeros años de vida. Durante esa etapa, el uso de pantallas puede tener repercusiones buenas y malas que se están estudiando.
Los jóvenes usan el móvil unas seis horas al día. Es importante que aprendan a evaluar cómo y para qué lo hacen. Que sean ellos los que lo controlen, y no a la inversa, evitará caer en la procrastinación.
Las condiciones de la paternidad son cada vez más complejas con la llegada de la tecnología digital.
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Caroline Rouen-Mallet, IAE Rouen Normandie - Université de Rouen Normandie; Pascale Ezan, Université Le Havre Normandie, and Stéphane Mallet, IAE Rouen Normandie - Université de Rouen Normandie
La tensión sobre el tiempo de uso y el contenido de las pantallas puede llevar a los padres a perder la confianza en su eficacia como educadores. He aquí algunas claves para evitar el callejón sin salida.
Muchos jóvenes y adolescentes confían en que ser ‘influencers’ les pueda sacar del desempleo, pero se frustran al ver que su conocimiento y su uso del medio no se lo facilita.
La evidencia apunta a que ni los libros ni los dispositivos electrónicos son culpables directos del incremento de miopía en el mundo. Más bien potencian este fenómeno al mantener apartados a los niños de la luz del sol.
Que no nos engañen. Usar filtros para bloquear la luz azul de las pantallas no protege la vista ni ayuda a dormir mejor. Para que las pantallas no nos espabilen lo mejor que podemos hacer es apagarlas e irnos a dormir.
Observar la dieta mediterránea desde un mero punto de vista nutricional es un error. Detrás hay una cultura que evoluciona con el paso del tiempo y a la que dicha dieta debe adaptarse.
El uso de pantallas promueve comportamientos sedentarios en un contexto en el que se estima que la obesidad aumenta considerablemente. ¿Están ambas variables relacionadas?
A pesar de que hay evidencias de que desde que comenzó la pandemia dormimos más horas, paradójicamente también dormimos peor. Porque se ha reducido la calidad de nuestro sueño y se han desincronizado nuestros ritmos.
Pasar demasiado tiempo delante de las pantallas puede crear sensación de cansancio en los ojos. Hay que tener en cuenta una serie de factores, como parpadear y enfocar, que ayudan a prevenirla.
La tecnología puede aportarnos mucho en la crianza si se busca un equilibrio con naturalidad y conciencia y se evitan las interferencias. Pero lo cierto es que los padres y madres en ocasiones no dan ejemplo y su constante contacto con las pantallas (en muchas ocasiones, por motivos de trabajo) hace que los menores actúen por imitación.
Diferentes estudios demuestran que tener un cronotipo nocturno, cenar tarde y utilizar pantallas antes de dormir engorda y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas.
El autor reflexiona en este artículo sobre la sociedad de las pantallas, la seducción de las redes sociales y sus riesgos como forma de alienación.
Cuando los niños y adolescentes pasan demasiado tiempo aislados en casa, sus habilidades sociales y autoestima pueden sufrir.
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Confinamiento, adolescentes y pantallas ha sido todo uno. Los más jóvenes han recurrido a ellas para mitigar la falta de otro tipo de actividad lúdica durante esos meses. Y ahora viene el momento de desengancharse. Estos cinco consejos le van a servir de mucha ayuda.
El confinamiento nos ha traído una nueva y paradójica modalidad de cansancio: la fatiga de las videollamadas. Abusando de ellas y de las pantallas podemos cansarnos más que cuando salíamos de casa.
Profesora Titular del Departamento de Didáctica y Organización Escolar. Miembro del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa, Universidad de Murcia
Profesor Titular de Universidad en el Departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Educación, Filosofía y Antropología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea