La capacidad de algunas moléculas para emitir luz permite a los científicos hacer que las células “brillen” y presenciar así procesos biológicos antes invisibles al ojo humano.
Entre las enfermedades que dejan un rastro de olor se encuentra el párkinson. La mujer de un afectado, dotada de un olfato excepcional, puso sobre la pista a la comunidad científica, que luego comprobó empíricamente su hallazgo.
Nuestras células se comportan como trabajadores agrupados en gremios: según cuál sea su función, utilizan una combinación de herramientas (genes) u otra. Esa caja de herramienta las identifican. Si pierden su identidad, podemos enfermar.
Un simple error en un gen desencadena enfermedades fatales, pero corregirlo es posible gracias a los virus. ¿Un virus? Así es. La ciencia ha logrado lo inimaginable: transformar a un agente patogénico en un fármaco.
Por nuestra sangre circulan unas células inmunitarias que desvelan si, a pesar de tener un cuerpo esbelto, corremos el peligro de ser “falsos delgados” con riesgo de sufrir diabetes y otros problemas metabólicos serios.
El cerebro cuenta con una estructura que hace de nodo, nexo crucial en el denso entramado de neuronas. Igual que los pasillos de un monasterio desembocan en un amplio patio, los senderos cerebrales confluyen en el claustro.
La ingeniería de tejidos pretende hacer realidad lo que aún puede sonar a ciencia ficción. ¿Realmente es posible crear órganos humanos en el laboratorio?
Juan Zapata Muñoz, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)
Cuando las células ayunan, reutilizan parte de sus componentes “basura” para tratar de darles un nuevo uso. Este proceso de autofagia, esencial para sobrevivir, puede ayudar también a enfrentar enfermedades.
La disposición de los órganos en el interior del cuerpo sigue unas directrices muy concretas, pero existen condiciones por las que pueden acabar al revés, como al mirarnos en un espejo.
Comer o no comer, esa es la cuestión. La insulina y la leptina regulan cuánta comida ingerimos. Y la resistencia a estas hormonas puede llegar a generarnos obesidad, diabetes o incluso alzhéimer.
La inteligencia artificial puede tener un rol creciente en la asignación de recursos sanitarios escasos, como los órganos para trasplante. Aunque los beneficios potenciales sean importantes, surgen problemas éticos y de equidad cuando el funcionamiento de los algoritmos es inexplicable.
Los ciclos día-noche orquestan nuestro reloj biológico desde antes de nacer y regulan y sincronizan nuestra actividad orgánica en el tiempo. Desajustar este reloj puede tener graves consecuencias para la salud.
Los artículos ‘Luz, arquitecta de la vida’, de la investigadora de la Universidad de Murcia Claudia García Cobarro, y ‘Estimada inteligencia artificial, ¿podrías explicarme por qué no me han asignado el trasplante?’, del investigador de la Universidad de Granada Jon Rueda, son los ganadores de la II edición del Premio de Divulgación sobre Medicina y Salud Fundación Lilly-The Conversation 2022.
La relación entre las enfermedades infecciosas más mortales del mundo despierta muchos interrogantes. ¿Qué sabemos de la coinfección entre ambas? ¿Cómo ha influido la pandemia de covid-19 en el control de la tuberculosis?
La sangre puede albergar la información necesaria para ayudar al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de una enfermedad tan importante como el cáncer.
Andrea Cabezas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
La salud mental de las mujeres está sobremedicalizada. Además, este proceso no les afecta de manera homogénea, sino que aquellas socialmente más vulnerables sufren con mayor intensidad la medicalización de su salud mental.
Lucía Gandarias, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea and Lourdes Marcano, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El uso de nanorrobots capaces de transportar medicamentos exclusivamente a la zona afectada y atacar simultáneamente a las células tumorales es una estrategia altamente prometedora contra el cáncer.
Cuando leemos “ácido hialurónico”, todos pensamos en cremas antiedad, pero ¿sabía que puede usarse para mucho más que tratamientos estéticos? He aquí el presente y futuro de la medicina de su mano.
Aunque nos gusta pensar que somos libres para tomar nuestras propias decisiones (dónde y cómo vivir y qué comer), la ciencia advierte que hay múltiples factores que influyen sobre nuestras acciones. Como por ejemplo, nuestra ciudad o nuestro barrio.
Investigadora predoctoral Severo Ochoa en Biomedicina. Grupo de Investigación en Plaquetas, Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) y Universidad de Oviedo., Universidad de Oviedo
Investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada / Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, Universidad de Granada
Profesora de Fisiología humana y doctoranda. Departamento de Ciencias Básicas de la Salud, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Rey Juan Carlos
Personal Investigador en Formación en el Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea