Uno de los componentes del organismo que nos interesa mantener en perfecto estado de revista es el sistema inmunitario. Consumir cítricos, hidratarnos correctamente, dormir las horas necesarias y practicar ejercicio físico ayudan a ponerlo a punto.
Según los últimos estudios, su microbiota podría actuar a su favor o en su contra, bien provocando anemia, bien acudiendo al rescate cuando ya se ha desarrollado la enfermedad.
Tanto el dolor muscular como el articular que acompañan a la gripe y la covid-19 son efectos secundarios de la respuesta inflamatoria del sistema inmunitario en su intento de atajar la infección.
Imaginemos el cuerpo de una persona con obesidad como una ciudad amurallada. El exceso de grasa provoca problemas de suministro, de distribución y de entrada de aire que nos hacen más vulnerables a todo tipo de infecciones respiratorias, entre ellas la covid-19.
Todo el ruido político, económico y mediático de estos días responde más a una especie de pánico pandémico que a la ciencia. Hay que analizar, comprobar y tener calma para tomar medidas efectivas. Y sobre todo, seguir empeñados en vacunar al mayor número de personas posible.
Las nuevas variantes del SARS-CoV-2, incluida la Lambda, disparan las alarmas sobre la capacidad del virus para evadir al sistema inmunitario. Pero la respuesta inmunitaria es más compleja, robusta y efectiva.
Conforme avanza el proceso de vacunación de la COVID-19, la pregunta se vuelve cada vez más acuciante: ¿cuánto nos va a durar la inmunidad? Probablemente la gran mayoría no tendremos que vacunarnos más.
No se puede medir la eficacia de la vacuna en el organismo basándose en lo que se puede detectar desde el exterior.
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Cada persona tiene una respuesta inmunitaria más o menos fuerte a una vacuna, pero los efectos secundarios posteriores a la vacunación no le indicarán cuál es su caso.
La memoria inmunitaria permite a nuestro organismo “recordar” cómo combatir contra un patógeno determinado. Gracias a la vacuna contra la covid-19, podemos entrenarle para enfrentarse a un posible futuro contacto con el SARS-CoV-2.
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
Científica del CSIC. Bioquímica de Sistemas de la división bacteriana. Comunicadora científica, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)
Bioquímica y bióloga molecular, inmunológa, experta en vacunas y profesora de investigación en Procesos Sanitarios en la Facultad de Educación y en Avances en Enfermedades Infecciosas y terapia antimicrobiana en la Facultad de Ciencias de la Salud, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Catedrático de Biología Celular en el Departamento de Biotecnología. Investigo en Inmunología y Biología Molecular del Cáncer en la Unidad Mixta del Hospital General y el Centro Príncipe Felipe, Universitat Politècnica de València