Últimamente la dieta cetogénica y el ayuno intermitente han ganado popularidad tanto como estrategia para reducir el peso corporal como por sus potenciales efectos beneficiosos para la salud y el cerebro. ¿Qué hay de cierto?
La dieta saludable y el ejercicio físico son nuestras únicas armas para mantener a raya una enfermedad infradiagnosticada y que se vincula directamente con la obesidad.
La mala dieta es un importante factor de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular. Evitar ciertos alimentos e incluir otros (frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva…) nos ayudará mantener un corazón sano y en plena forma.
Está rico, se conserva bien y puede prepararse de múltiples formas. Pero es que, además, el tomate es un valioso aliado para mantener nuestra salud cardiovascular.
Ni la dieta del pomelo, ni la de la manzana, la del arroz o la de los cacahuetes. Ninguna es recomendable desde el punto de vista nutricional y pueden causar desde anemia o desnutrición a cambios de humor exacerbados.
La agroecología promueve el consumo de vegetales, cereales y legumbres, alimentos más sostenibles para el planeta y más saludables para la población, reduciendo el impacto ambiental de los cultivos y la presencia de pesticidas y metales pesados en los alimentos.
Según un estudio reciente, estos frutos tienen un mayor contenido en antioxidantes que otras variedades de kiwis. A eso hay que añadir que se pueden comer de un solo bocado y no generan desperdicios.
A ciertas edades, conviene desayunar y merendar cada día. Sobre todo si se siguen ciertas pautas saludables y sostenibles como incluir frutas de temporada, frutos secos y cereales integrales, huyendo de alimentos envasados.
La merluza tiene muy buenas propiedades nutricionales y su pesca una baja huella de carbono. Educar a los más pequeños en buenos hábitos de alimentación es la mejor forma de garantizar el futuro del planeta.
Irène Margaritis, Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail (Anses)
Se acerca el verano, con sus exigencias de un físico atractivo que empujan a algunas personas a iniciar dietas de adelgazamiento. Sin embargo, si no se entienden y se llevan a cabo correctamente, suelen provocar una recuperación de peso posterior.
Tan importante es preocuparse por incorporar en nuestra dieta vegetales frescos como conocer sus riesgos para nuestra salud. Hoy vemos cómo minimizarlos con sencillos hábitos domésticos.
No basta con tomar aceite de oliva en lugar de otro vegetal. También debería ser virgen, incluso si es para freír, porque la evidencia afirma que así podría disminuir el riesgo de cáncer de mama.
Reducir la carne roja y procesada y adoptar una dieta rica en legumbres, frutos secos y granos integrales podría aumentar nuestra longevidad hasta 10 años. Lo ideal es comenzar cuanto antes.
Últimamente, diferentes estudios han demostrado el potencial antivírico de los polifenoles del aceite de oliva. Concretamente, varias investigaciones apuntan a la utilidad del hidroxitirosol para prevenir y tratar la covid-19.
La alimentación está relacionada con nuestra salud mental. Cuanto más saludable es la dieta, menor es el riesgo de caer en las garras de la depresión. Diversos estudios lo corroboran, sobre todo asociados a la dieta mediterránea.
Comparando con criterios objetivos las propiedades nutricionales y la sostenibilidad de las dietas recomendadas en Europa y la dieta norteamericana se llega a la conclusión clara de que EE UU debe mirar a Europa para aprender a alimentarse mejor.
Que consumir abundantes frutas y verduras, frutos secos y aceite de oliva tenga tantos beneficios sobre la salud humana se lo debemos fundamentalmente a los polifenoles.
Observar la dieta mediterránea desde un mero punto de vista nutricional es un error. Detrás hay una cultura que evoluciona con el paso del tiempo y a la que dicha dieta debe adaptarse.
¿Qué será más sano, un plato de lentejas o un udon de verduras y tofú? La primera pertenece a la dieta mediterránea, la segunda, a la nipona. Ambas con fama de prolongar la esperanza de vida.
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Professeur Emérite de Nutrition Université Sorbonne Paris Nord (Paris 13) - Praticien Hospitalier Département de Santé Publique, Hôpital Avicenne (AP-HP), Equipe de Recherche en Epidémiologie Nutritionnelle, U1153 Inserm,Inra,Cnam, Université Sorbonne Paris Nord
Catedrático de Producción Agraria. ETSIAAB y CEIGRAM. Miembro del Grupo Europeo de Expertos en Nitrógeno (EUNEP), Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Investigador en sostenibilidad de los sistemas agrarios y forestales, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)