Pedir un objeto, rechazar un ofrecimiento, disculparse, insultar… todo ello puede resultar descortés a la hora de hablar en otro idioma que no dominamos. Los denominados “actos del habla” son los que ayudan al receptor de mensaje a reconocer la intención del mensaje del emisor.
A medida que la pandemia ha ido creciendo, lo ha hecho también un vocabulario técnico poco accesible para la mayoría de los ciudadanos de a pie. Sin embargo, varias herramientas de libre acceso están disponibles para que podamos entender la terminología más complicada sobre el virus y sus consecuencias.
Frente a su uso en la cocina de vanguardia, cientos de refranes centenarios guardan los secretos de estos tres líquidos -el agua, el vino y el aceite de oliva- a lo largo de la historia, y lo que ha supuesto su consumo para los distintos perfiles sociales.
La pandemia ha cambiado nuestra forma de comunicarnos. Incluso la manera de llevar puesta (o no) la mascarilla transmite unos códigos diferentes. El mundo entero y sus culturas se comunican ahora entre ellas de la misma forma a través del lenguaje Covid-19.
Acto de presentación de la de la actualización 23.4 del «DLE», con la que la RAE da a conocer las novedades que se incorporan a la versión digital del diccionario.
RAE / Flikr
Si John Maynard Keynes levantara la cabeza sonreiría, pues con sus dotes de casi visionario leería hoy conceptos como ‘euroesclerosis’ y ‘microcrédito’ en la actualización 23.4 del Diccionario de la Real Academia.
Desde que un bebé nace y observa lo que tiene alrededor hasta que comienza a hablar se produce un curioso proceso que va marcado por meses. Sonreír, mirar, señalar o vocalizar acaban sincronizándose al año y medio, cuando ya están preparados para comenzar a hablar.
Nuestra forma de hablar y de expresarnos ha cambiado desde que estamos en pandemia. Hay nuevos objetos que forman parte de lo cotidiano, como la mascarilla o el gel, y un tema de conversación que lo acapara todo de manera casi obsesiva: la pandemia.
Con la mascarilla, el silencio es el protagonista de nuestra expresión. Hemos perdido nuestra mímica y gestualidad, nuestros sellos de identidad. Somos una expresión borrosa de la oralidad.
Facebook, de quién se dice que conoce más a sus usuarios que la CIA en Estados Unidos, puede predecir si acudiremos a un servicio de urgencias semanas antes. Y solo a partir del lenguaje que usamos.
Los sistemas conversacionales, como Siri y Alexa, deben superar diversos desafíos relacionados con la complejidad del lenguaje para comprender lo que decimos y generar una respuesta adecuada.
El sueño de Jacob de Salvator Rosa (c. 1665).
artuk.org
Cuando buscamos trabajo, queremos estar en la lista blanca, no en la negra. Los sombreros negros son los hackers malos, mientras una mentira blanca es aceptable. ¿Esas metáforas reflejan racismo?
Cada vez más usuarios y empresas se preocupan por la corrección gramatical de sus mensajes en las redes sociales. Incluso en el caso de los hashtags y el idioma español, esta corrección es posible.
Nombramiento de Margarita Salas Falgueras como doctora honoris causa por la Universidad de Málaga en 2009.
Diferenciar los sonidos vocálicos (mucho más numerosos que en español), la diferente acentuación de las sílabas, y el énfasis de cada palabra dentro de una frase, son aspectos más importantes que las formas verbales para que nos entiendan.
Cada una de 7 000 lenguas que hay en el mundo, de las cuales 2 500 están en peligro de extinción, es una solución a la necesidad que tienen los humanos de comunicarse.
La estadística forma parte de la vida, pero no se enseña en los colegios. Curiosamente, en las pruebas PISA de matemáticas, aproximadamente una cuarta parte corresponde a ejercicios de estadística. Por eso, concursos como Incubadora de Sondeos y Experimentos han surgido para despertar el interés por esta materia fundamental.
Rebeca Pardo, Universitat Internacional de Catalunya
¿Quién decide qué imágenes sobre la enfermedad y la muerte son apropiadas o pertinentes? ¿Es correcto relacionar una crisis sanitaria con una guerra y exponerla gráficamente como tal? No es sencilla la representación visual de estos temas, pero invisibilizarlos puede ser problemático para la narrativa y la memoria.
Los medios sociales, el correo electrónico y la mensajería instantánea propician un estilo de comunicación informal que puede causar reacciones adversas a causa del choque de contextos sociales.
Las situaciones nuevas, como la pandemia del coronavirus, traen nuevo vocabulario o convierten en populares expresiones antes utilizadas solo por especialistas.
Profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Departamento de Traducción e Interpretación y Comunicación Multilingüe, Universidad Pontificia Comillas