Adultos alcohólicos, adolecentes que abusan de la bebida e incluso los niños cuyas madres han consumido alcohol durante el embarazo pueden sufrir serias alteraciones neuronales.
Las campañas de prevención sobre los peligros del consumo de alcohol tienen más probabilidades de influir en el comportamiento cuando implican a los jóvenes que cuando siguen siendo prescriptivas.
Basándonos en la evidencia científica, ningún profesional o institución debería recomendar el consumo de alcohol para mejorar la salud. Y convendría retrasar la edad de inicio al consumo.
El alcohol, el cannabis y el tabaco son capaces de provocar daños en el ADN.
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Las sustancias psicoactivas tienen consecuencias negativas bien conocidas para la salud. Pero también pueden cambiar la expresión genética de los usuarios y de sus hijos. He aquí cómo.
Dejar de beber no basta. Es cierto que los daños que ocasiona el alcohol sobre el cerebro revierten conforme avanza el tiempo sin consumirlo. Pero en la fase temprana de abstinencia, el daño cerebral empeora. ¿Por qué?
El ejemplo de los adultos de su entorno y la posibilidad de vivir experiencias de socialización y disfrute tienen un impacto relevante en el consumo de alcohol por los adolescentes.
Las campañas de marketing social deben fomentar alternativas de ocio adecuadas, aunque el problema radica en la relación entre alcohol y ocio que existe en la sociedad en general.
Los resultados de una encuesta sobre estigmatización social ponen de manifiesto que la adicción a la bebida es la más rechazada de las adicciones para las personas ajenas al entorno familiar. El 15 de noviembre es la fecha establecida para celebrar el Día sin Alcohol.
En la mayoría de los casos, los problemas de consumo de alcohol y cannabis en jóvenes se presentan junto con otros problemas de salud mental. Por eso, el tratamiento debe atender a estas dos áreas.
La genética influye en la posibilidad de desarrollar adicciones, tanto a sustancias como a comportamientos. Sin embargo, no es el único factor que interviene: el entorno también desempeña un importante papel.
Determinados comportamientos en la adolescencia pueden hacer que los jóvenes sean más propensos a padecer alcoholismo. Hay factores psicológicos y genéticos que perpetúan este riesgo.
El alcohol es responsable de más de 200 enfermedades agudas y de carácter crónico de elevada prevalencia. Su consumo se asocia a más de 3,3 millones de muertes al año en todo el mundo. Cada 15 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Alcohol.
El verdadero problema para las personas que padecen enfermedades mentales empieza cuando interiorizan los prejuicios y los estereotipos que existen hacia ellos. Acabar con el autoestigma es esencial. El sábado 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental.
Clientes en un bar de Filadelfia después del fin de la prohibición, 1933.
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Beber alcohol moderadamente no hace que vivamos más ni es beneficioso para la salud. Un estudio supera las limitaciones de investigaciones previas que aseguraban que beber poco alarga la vida.
Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Valladolid y Director del Laboratorio LipsiMedia Ad-Lab, Universidad de Valladolid
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide