La economía circular multiplica el valor y la vida de los productos, reduce la generación de residuos y es eficiente en el uso de los recursos. El objetivo, ser sostenibles.
Pulpos secándose al sol en la isla de Milos (Grecia).
Andrés Ospina-Alvarez
Un estudio identifica por primera vez los principales países implicados en el comercio mundial de cefalópodos. Conocer la ruta que siguen los productos marinos permite evaluar su impacto ambiental.
Las etiquetas de los productos pesqueros ayudan a los consumidores en la búsqueda de la calidad y sostenibilidad alimentaria, antes, durante y después de las Navidades.
El consumo de los ciudadanos es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero: entre el 60 y el 75 % están ligados al transporte, la comida, la ropa y la climatización.
La creciente demanda de productos más sostenibles supone una presión para las compañías que puede llevarles a tomar decisiones que perjudiquen a los productores o a recurrir al ‘greenwashing’.
En el ‘Black Friday’ se intensifican las compras compulsivas. Sin embargo, diagnósticos como la adicción a las compras son insuficientes para explicar este patrón, síntoma de nuestra sociedad de consumo.
Para elegir correctamente los productos que tienen estos sellos de sostenibilidad debemos fijarnos en criterios como la entidad que los reconoce, su ámbito y alcance y destino.
Algunas costumbres propias de estas fechas pueden suponer grandes gastos energéticos, la producción de residuos y la emisión de gases, entre otros perjuicios para el medio ambiente.
En todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde los productores a los consumidores, se generan residuos alimentarios. La mala planificación en restaurantes o una compra excesiva son algunas de las causas.
El análisis de ciclo de vida evalúa la sostenibilidad de un producto.
Polina Tankilevitch/Pexels
Si hacemos un análisis de ciclo de vida de los mismos productos hechos con distintos materiales para evaluar su sostenibilidad podemos llevarnos una sorpresa.
Más de once mil científicos de todo el mundo han suscrito el último informe sobre cambio climático, en el que se subraya la necesidad de cambiar nuestros hábitos alimenticios.
Cuando compramos frutas y verduras cultivadas localmente en España, pero fuera de temporada, estamos eligiendo productos con una mayor huella hídrica y de carbono que algunas importaciones.