Las ‘fake news’, la información incorrecta, los bulos y mitos en nutrición han circulado de boca en boca mucho antes de la aparición de Internet. Este solo las ha potenciado.
Teresa Romeu, UOC - Universitat Oberta de Catalunya and Montse Guitert, UOC - Universitat Oberta de Catalunya
La enseñanza de una búsqueda crítica de información en internet debería ser parte de todas las asignaturas de manera transversal. Sin ello, no estamos educando ciudadanos competentes.
Muchos estudiantes creen que basta con introducir un término en el buscador y usar los primeros resultados: es necesario enseñarles a optimizar, afinar y seleccionar los resultados.
El 5G es el responsable de la propagación del coronavirus, fumar protege frente a la covid-19, consumir alimentos alcalinos cura la enfermedad, tomar el sol previene la covid-19… Son algunos de los bulos de la infodemia que ha acompañado a la pandemia.
La manera de consumir y compartir información en redes sociales depende mucho de una serie de hábitos inconscientes sobre los que necesitamos reflexionar.
¿Cuál es el papel de las distintas redes sociales y aplicaciones de mensajería en la difusión de creencias conspirativas? Las características del funcionamiento de cada plataforma, el perfil de los usuarios y los vínculos entre ellos determinan la propagación de este tipo de argumentos.
Las falsas dicotomías, las teorías de la conspiración, y la desinformación en general prosperan en medio de la infodemia provocada por la covid-19.
Karina Escandón
Resulta fundamental involucrar términos medios y evitar la polarización mediática para entender cómo la ciencia evoluciona con el tiempo, y cómo las políticas en salud pública cambian según el contexto cultural y las dinámicas sociales.
La desinformación en internet apela a las emociones y la ideología para que el receptor extienda el mensaje. Esto deviene en un clima de polarización y falta de empatía que genera un contexto antidemocrático.
La desinformación en tiempos de pandemia produjo fenómenos socialmente construidos que tuvieron como principal blanco a los niños, causando una crisis sin precedentes en su línea de vida.
A pesar de estar sufriendo una crisis económica sin precedentes con motivo de la pandemia, la comunicación se ha fortalecido más que nunca desde que el virus irrumpió en nuestras vidas.
La mezcla agitada de una epidemia letal de consecuencias imprevisibles con una fuente inagotable de internautas adictos a las interpretaciones desenfrenadas se ha convertido en un cóctel explosivo.
A pesar de que las noticias falsas son un peligro para la sociedad, se han realizado muy pocas investigaciones sobre su capacidad para alterar lo que la gente piensa.
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa no solo recordamos el reciente asesinato de dos periodista españoles en Burkina Faso, David Beriain y Roberto Fraile, también ponemos de manifiesto la desinformación sufrida durante 2020 y las dificultades con las que, con el pretexto de la pandemia, han trabajado muchos informadores .
A medida que la pandemia ha ido creciendo, lo ha hecho también un vocabulario técnico poco accesible para la mayoría de los ciudadanos de a pie. Sin embargo, varias herramientas de libre acceso están disponibles para que podamos entender la terminología más complicada sobre el virus y sus consecuencias.
Hay quien dice que la información es poder, pero en el caso de la Covid-19, demasiada información tiene consecuencias negativas. La sobrexposición a noticias sobre el coronavirus y el hecho de hablar del tema en exceso ya está causando problemas de salud mental.
La manipulación en la difusión de información o la utilización de datos y argumentos tendenciosos ha alcanzado grandes dimensiones durante la pandemia. Aquí le ofrecemos algunos consejos para discernir entre una noticia fiable y una falsa.
Un hombre sostiene un megáfono durante una marcha por la libertad frente la covid-19 en Varsovia, Polonia, el 10 de octubre de 2020.
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Las campañas negacionistas han sido tan rápidas como el virus, con consecuencias letales, pues han hecho que aumente el número de contagiados y de muertos.
Organizaciones internacionales detectaron a mediados de junio más de 6 000 noticias falsas desde el inicio de la pandemia. En España, los bulos pasaron de un 32,5 % un mes antes de la crisis a un 67,5 % un mes después. Muy pocos autores han sido identificados.
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández