Tras el último informe del IPCC, y con vistas a la próxima COP26, hemos preguntado a expertos en ámbitos como el transporte y los sistemas agroalimentarios qué debemos hacer para reducir la generación de gases de efecto invernadero.
Para mitigar el calentamiento global hace falta innovación y participación social, pero también es necesario incluirlo en la agenda económica que marca las decisiones políticas.
Muchas plantas son realmente buenas resistiendo los incendios forestales, pero la combinación de sequías, olas de calor y plagas de insectos acrecentadas por el cambio climático puede llevarlas al límite.
Los planes de prevención ante las altas temperaturas han sido claves para que los efectos del calor disminuyan. Pero estos deben basarse en el efecto del calor sobre la salud más que en el clima.
Se emplea más del 5% del gas natural mundial para extraer nitrógeno de la atmósfera para fabricar fertilizantes, lo que constituye un problema energético y climático.
Frente a la creciente intensidad de los huracanes como el Ida, necesitamos reducir las emisiones de efecto invernadero, desarrollar protocolos de actuación y rediseñar las ciudades.
David Hoyos, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Andoni Kortazar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, and Gorka Bueno Mendieta, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Si bien el tren emite menos gases de efecto que otros medios de transporte, el balance medioambiental neto del conjunto de la red española de alta velocidad es, sin ser perjudicial, considerablemente pobre.
El concepto de cambio climático se ha convertido en una especie de convención mediática que simplifica y enmascara los diferentes elementos que constituyen un complejo proceso de deterioro ambiental.
Iniciativas como aumentar las zonas y cubiertas verdes y construir drenajes urbanos, además de las medidas para reducir el transporte individual, contribuyen a hacer las ciudades más resilientes.
La única forma de reducir las emisiones drástica y rápidamente es disminuyendo el consumo de manera programada, con reconversiones profundas y diálogo social.
El sexto informe del IPCC nos dice que el cambio ya es imparable, y muchas de sus consecuencias irreversibles. Lo que nos queda por saber es qué niveles alcanzará. Y cómo responderemos como humanidad.
Con el calentamiento global, las temperaturas extremadamente altas serán más frecuentes e intensas, aumentando la gravedad de las olas de calor y el riesgo de incendios forestales.
En el mejor de los casos, incluso si consiguiésemos reducir lo suficiente y con rapidez las emisiones, se agudizarían los fenómenos extremos y las altas temperaturas tardarían siglos en volver a niveles anteriores.
Según el último informe del IPCC, no hemos conseguido frenar el aumento de la temperatura media de la Tierra, que continuará durante el próximo siglo. Sin embargo, todavía podemos evitar que vaya a más.
El impacto del cambio climático en los fenómenos extremos relacionados con el agua es cada vez más evidente, advierte un autor principal del nuevo informe.
Nick Golledge, Te Herenga Waka — Victoria University of Wellington
El último informe del IPCC deja claro que ya no podemos evitar que los niveles del nivel del mar suban, pero sí podemos controlar la cantidad y la rapidez con que cambian.
Michael A. Little, Binghamton University, State University of New York and William D. MacDonald, Binghamton University, State University of New York
La Tierra cambia constantemente de forma natural, pero la mayoría de esos cambios son muy lentos. Los humanos están acelerando otros cambios con el calentamiento global.
El último informe sobre la ciencia del clima llega tras las olas de calor, los incendios forestales, las inundaciones y las tormentas. Ayudará a los responsables políticos a actuar para frenar las emisiones y adaptarnos al cambio climático.
Conseguir la implicación de la sociedad pasa por la búsqueda de experiencias sensoriales más allá del conocimiento racional del cambio climático. Repetir los mismos datos no basta.