Hoy se celebra el Día de la Educación Física en Casa. Una buena ocasión para recordar que la inactividad, la falta de movimiento, puede llegar a hacer mella en nuestro organismo. ¿Qué hacer en un momento como este? ¿Cómo podemos mantenernos mínimamente en forma?
En estos días estamos atravesando con desiguales resultados el “aprieto” educativo en el que el coronavirus nos ha puesto. La enseñanza “online” ha ayudado a muchos alumnos, pero los expertos siguen considerando que los beneficios que aporta la enseñanza presencial en la escuela son insustituibles.
Los profesionales sociales y asistenciales se han convertido de golpe en superhéroes ante una pandemia que no les permite sucumbir, flojear ni abandonar. ¿Resistirán?
El confinamiento ha acelerado el cambio en el sector audiovisual, con la concentración de producción, distribución y exhibición en cada vez menos manos. Netflix consume un 12.6% del tráfico total de internet.
Desde los sanitarios hasta aquellos que sientan vacío por la ausencia de actividad prosocial, todos estamos haciendo algo para ayudar moralmente en esta crisis. A veces, contribuir al bien común de forma altruista es tan fácil como seguir una vida sencilla y dar ejemplo.
El distanciamiento social no supone lo mismo para todas las culturas. En la mediterránea estamos más acostumbrados a la proximidad física en nuestras relaciones. ¿Cambiará la pandemia nuestras costumbres?
Es una buena oportunidad para que el sector público y privado hagan un esfuerzo creando bases de datos abiertas. La falta de datos y análisis genera políticas incorrectas.
A las incógnitas que habitualmente rodean el acto del nacimiento, se añaden ahora nuevas incertidumbres sobre cómo va a afectar a los partos la saturación de los servicios sanitarios o cuál es la mejor manera de actuar.
Es el momento de analizar bien la crítica situación sanitaria actual y obtener enseñanzas que nos ayuden a prevenir y superar la próxima ola o pandemia.
Las autoridades se ven abocadas a transitar por un estrecho corredor con un precipicio a cada lado: la mortandad por COVID19 en uno y el colapso social y económico en el otro.
Las cloroquinas son unas viejas conocidas en la lucha contra la malaria. Sus efectos antivirales son discutidos y discutibles, mientras que los efectos secundarios que provocan pueden ser peligrosos.
A los atentados del 11-S les siguió una serie de estudios epidemiológicos sobre los efectos de amenazas en la salud mental. Que nos enseñaron cosas aplicables a la situación de la pandemia actual.
El nuevo escenario que resulte de la actual crisis global está aún por definir. Se trata de una oportunidad histórica para transformar nuestras sociedades. En particular, en el futuro de la UE será clave el grado de solidaridad interestatal que ahora se acuerde.
¿Cómo se está presentando la COVID-19 a las opiniones públicas? ¿Como una gripe china, italiana, española? ¿Cuánto están informando los medios nacionales?
Los lectores tienen que intentar dilucidar qué es correcto y qué no. Internet les exige que lean como un científico, aun sin el entrenamiento necesario.
Una nueva controversia sobre el SARS-CoV-2 sacude las redes sociales. Según Luc Montagnier, Nobel de Medicina, el SARS-CoV-2 habría sido diseñado por el hombre y contendría genes del virus del sida. Pero las investigaciones dicen lo contrario.
El Ministerio de Educación ha acordado con las comunidades autónomas terminar el curso en junio y que todos los alumnos, salvo excepciones muy puntuales, pasen de curso. Se intenta así evitar el fracaso y el abandono escolar y favorecer el bienestar social y emocional de los estudiantes.
El estado que necesitamos en el siglo XXI tiene que integrar la reconversión ecológica necesaria para afrontar los grandes retos de nuestro tiempo: un estado del ecobienestar.
Desde el inicio del confinamiento, cada tarde nos damos cita para aplaudir al personal sanitario desde nuestros balcones. ¿Hasta qué punto existe un reconocimiento social real a estos profesionales?