Los coágulos de sangre se forman para evitar la pérdida de sangre tanto dentro como fuera del cuerpo. Pero pueden ser peligrosos si se desprenden del lugar donde se forman.
Una buena dieta antiinflamatoria debe incluir probióticos como el yogur y prebióticos como la fibra. Pero también pescado azul y productos frescos de origen vegetal.
Hace tiempo que sabemos que el peso elevado es un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles. Sin embargo, es ahora, en plena pandemia, cuando acumular kilos de más puede acarrearnos más problemas que nunca.
La grasa de los michelines es el llamado tejido adiposo blanco, destinado a acumular energía para hacer frente a situaciones de escasez de alimento. Pero también está el tejido adiposo marrón, que libera energía cuando hace frío o nos ejercitamos.
Diferentes estudios demuestran que tener un cronotipo nocturno, cenar tarde y utilizar pantallas antes de dormir engorda y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas.
La pandemia de coronavirus pasará a la historia pero desaparecerá; la de obesidad está aquí para quedarse. Gran parte de la culpa la tienen el contexto cultural y la falta de acciones básicas de salud pública.
La falta de tiempo nos lleva a adoptar hábitos de vida poco saludables. Nuestra alimentación es clave para mantener la estabilidad entre el intestino, la microbiota y el cerebro.
El concepto de sindemia no solo se refiere a una enfermedad que se extiende por zonas de todo el mundo, también tiene en cuenta cuestiones que no pueden abordarse solo desde el punto de vista biológico.
Usar la comida como herramienta para regular las emociones negativas se conoce como comer emocional y, en el contexto de la pandemia por covid-19, este desequilibrio alimentario se puede haber acentuado.
Tanto la desnutrición (calórica y/o proteica) como la obesidad (que provoca un estado inflamatorio crónico) se consideran factores de riesgo para la COVID-19.
Las autoridades sanitarias coinciden en definir la obesidad como pandemia. En plena crisis de la COVID-19, olvidarla sería totalmente injusto. Máxime después de que el confinamiento la haya disparado.
Si el equilibrio de la glucosa en sangre se descompensa, por exceso o por defecto, se desarrollan patologías, como la obesidad y la diabetes, responsables de una gran mortalidad y morbilidad.
La obesidad, es decir, el exceso de tejido adiposo potenciador de múltiples enfermedades secundarias que reducen la calidad de vida, afecta tanto a los humanos como a los perros.
Cuando cambiamos los horarios de dormir y comer los fines de semana, confundimos a nuestro reloj biológico. A largo plazo, esta mala costumbre puede hacernos engordar.
Las galletas, la bollería industrial y otros productos de escaso valor nutricional se vinculan a conceptos como diversión, felicidad o éxito. Y alienta los pequeños de la casa a consumirlos.
La Educación Física que se imparte en los colegios ya no es lo que muchos conocían como “gimnasia”. Esta actividad pretende otros objetivos más allá del deporte. La mala noticia es que, según la OMS, su práctica en los colegios es claramente insuficiente.
La inactividad física y el sedentarismo causan millones de muertes al año. La solución es realizar ejercicio, pero las zonas con menor nivel socioeconómico no lo tienen tan fácil como otras.
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Estudiante Predoctoral Depto. de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología. Nutricionista en el grupo de Obesidad y Metabolismo en el IMIB, Universidad de Murcia
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández
Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular. Grupo de Nutrigenómica, Biomarcadores y Evaluación de riesgos (NuBE). UIB, CIBEROBN, IdISBa, Universitat de les Illes Balears
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea