Los seres humanos evolucionamos en un entorno en el que la comida era escasa y había que esforzarse para conseguirla. Nada que ver con la situación actual, en la que todos tenemos a mano comida en abundancia. Eso no solo afecta a nuestro peso: también se resienten las funciones cognitivas.
Irène Margaritis, Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail (Anses)
Se acerca el verano, con sus exigencias de un físico atractivo que empujan a algunas personas a iniciar dietas de adelgazamiento. Sin embargo, si no se entienden y se llevan a cabo correctamente, suelen provocar una recuperación de peso posterior.
Disponer de un catálogo con todas las proteínas que componen nuestro cuerpo sabiendo exactamente a qué enfermedad se asocia cada una no es una utopía. La proteica lo hará posible.
Los relojes epigenéticos son análisis moleculares que cuantifican con bastante precisión el envejecimiento, el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas e, incluso, el riesgo de morir.
El párametro más extendido para calcular la obesidad es el índice de masa coporal. Según este indicador, muchos atletas se considerarían obesos (pero no lo son). Como vemos, es un medidor con muchas limitaciones.
El síndrome de Prader-Willi es un trastorno genético poco frecuente que no distingue sexos ni etnias y que tiene un síntoma común que no pasa desapercibido: la ingesta descontrolada y obsesiva de comida.
La obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 han aumentado en paralelo en los últimos años. Ambas se asocian a una dieta desequilibrada acompañada de sedentarismo. Y la relación entre ambas es tan estrecha que se ha acuñado el término “diabesidad”.
Desde hace años se conoce que las personas obesas son más vulnerables a las infecciones y a las complicaciones derivadas de las mismas. En el caso concreto de la covid-19, el 80% de las personas con manifestaciones severas por coronavirus eran obesas.
Para practicar la dieta Keto, debemos tener mucho cuidado con el tipo de grasa ingerida ya que los ultraprocesados podrían producir efectos adversos. De ahí la importancia de la supervisión médica.
Los estudios realizados sobre la restricción calórica dicen que dicha intervención produce una adaptación metabólica, lo que favorece un envejecimiento “más saludable”. Pero, ¿cómo debemos hacerla?
Que nos receten probióticos en caso de diarrea, para combatir el estreñimiento o para contrarrestar el daño que produce un tratamiento con antibióticos sobre la flora intestinal es muy común. Pero sirven para mucho más, entre otras cosas para ponerle freno a la obesidad.
La diabetes tipo 2 es uno de los principales problemas de salud del mundo. Sin embargo, aunque cada vez hay más avances al respecto, todavía es una enfermedad difícil de curar por distintos factores.
Imaginemos el cuerpo de una persona con obesidad como una ciudad amurallada. El exceso de grasa provoca problemas de suministro, de distribución y de entrada de aire que nos hacen más vulnerables a todo tipo de infecciones respiratorias, entre ellas la covid-19.
Que tantas personas pasen hambre no es por falta de comida. La agricultura mundial podría alimentar a 12.000 millones de seres humanos (un planeta y medio). Eso sí, a condición de sustituir buena parte de la carne de la dieta por proteína vegetal. Cuestionar las macrogranjas tiene más sentido que nunca.
Se sabe que la obesidad supone uno de los principales factores de riesgo de covid-19 grave, al aumentar la posibilidad de infección. Medidas preventivas como una alimentación saludable o la práctica de ejercicio podrían reducirlo.
Nada menos que el 54% de los adultos españoles presenta obesidad o sobrepeso. Con el agravante de que los que más sufren son sus vasos sanguíneos, que acaban siendo víctimas de enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte en el mundo.
Regular la publicidad alimentaria infantil es fundamental para proteger el derecho a la salud de los menores que, abusando de ultraprocesados, caen fácilmente en manos de la obesidad y la diabetes.
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Estudiante Predoctoral Depto. de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología. Nutricionista en el grupo de Obesidad y Metabolismo en el IMIB, Universidad de Murcia
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández
Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular. Grupo de Nutrigenómica, Biomarcadores y Evaluación de riesgos (NuBE). UIB, CIBEROBN, IdISBa, Universitat de les Illes Balears
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea