El ejercicio físico debería convertirse en estos días en parte de la rutina habitual de las personas mayores. Dos investigadoras proponen una tabla de ejercicios seguros y adaptados a estas personas que ahora no pueden salir de casa y cuya actividad física es imprescindible para mantener su salud.
En estos días nuestro estado de ánimo fluctúa entre el optimismo y el pesimismo con todos sus matices. Tras el atentado del 11-S, las personas sentían una mezcla de emociones relacionadas con la rabia y la tristeza, pero también con la gratitud y el amor hacia familiares. Así salieron de ello.
Si miramos al pasado (y también a parte del presente), veremos cómo los enfermos de la epidemia del VIH (que ya ha matado a más de 30 millones de personas) fueron y son estigmatizados. En España ya empezamos a ver justicieros de balcón y vecinos que denuncian a otros. Es momento de mirar hacia atrás para no cometer los mismo errores.
Obligados a pasar más tiempo que nunca encerrados en casa, ahora es más pertinente que nunca entender lo que significa tener una vivienda digna y lo difícil que es acceder a ella.
El estándar de cuidado que se proporciona habitualmente en los hospitales se está viendo modificado en estos días. Las decisiones sanitarias pueden priorizar el interés común frente al individual. Es necesario consensuar los aspectos éticos y las pautas de actuación, especialmente sobre al acceso de pacientes a unidades de cuidados especiales. Las decisiones se deben tomar de forma equitativa y siempre por razones de salud pública.
Las situaciones nuevas, como la pandemia del coronavirus, traen nuevo vocabulario o convierten en populares expresiones antes utilizadas solo por especialistas.
El deseo erótico es irracional y es muy importante trabajarlo para poder mantenerlo. Hay diferentes factores que influyen sobre él: la salud mental, los factores ambientales y sociales… Este que estamos viviendo es un buen momento para trabajar la comunicación si nuestro deseo no está a la altura.
César San Juan, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
En situaciones de confinamiento como la que estamos viviendo, la violencia intrafamiliar se convierte en un problema añadido. No solamente hablamos de violencia de género, también de malos tratos a ancianos y a niños. Es previsible que los casos aumenten en estas semanas.
Castigar con la exclusión del espacio es una idea muy antigua que ahora se pone de manifiesto con la crisis del coronavirus. El pueblo ordenado y acuartelado se considera una maquinaria disciplinada. Nuestro comportamiento está regulado y nuestra mente, poco a poco, se irá adaptando a ese proceso por un motivo: es lo que se espera de nosotros.
Una de las aplicaciones más populares entre los jóvenes y con más usuarios del mundo consigue viralizar el COVID-19 utilizando el humor. Miles de personas la están utilizando para sobrellevar mejor la pandemia a través de los vídeos caseros. Los expertos animan a usarla, pero siempre que se lea bien su política de privacidad.
Mientras en Europa y EEUU los movimientos migratorios se ven como un problema de seguridad y con desconfianza, muchos africanos han optado por solicitar asilo en países de América del Sur.
Socialmente los videojuegos se consideran más de chicos que de chicas, aunque ellas cada vez los usan más como forma de entretenimiento. Sin embargo, la brecha de género en cuanto a la imagen que se da de las mujeres sigue siendo muy grande: chicas con papeles secundarios y ofreciendo una imagen de su cuerpo con la que no se sienten representadas.
Los sacrificios altruistas extremos siempre han atraído a los científicos, especialmente cuando se trata de morir por algo o por alguien. Parece que cuanta más afinidad genética tengamos con una persona, más dispuestos estaríamos a dar la vida por ella.
Compras, ocio, lectura de prensa, redes sociales, videollamadas… Hay mucha vida tecnológica a partir de los 50. La brecha entre el uso de jóvenes y mayores ya no es tan grande, aunque sigue existiendo. Ya nadie puede resistirse a los encantos de las tecnologías, como ocurría hace años.
Los servicios sociales son el cuarto pilar del estado de bienestar. Entre las políticas centralistas, que garantizan universalidad, y las federalistas, que favorecen la innovación y el reparto de poder, existe una opción intermedia.
A lo largo de nuestra vida pasamos por cuatro edades sexuales, cada una de ellas con distintas características. Ni siquiera en la última de ellas, la vejez, disminuye el deseo, aunque las circunstancias vitales de cada persona lo determinan.
Coincidiendo con el Día Internacional de la lucha contra la Mutilación Genital Femenina recordamos que medio millón de mujeres europeas están viviendo las consecuencias físicas y psicológicas de alguna forma de mutilación y 180 000 niñas pueden estar en riesgo de ser mutiladas.
El ciclo de la violencia es evidente cuando un menor está expuesto a situaciones de este tipo en el hogar. Sin embargo, puede evitarse si se detectan los casos de forma precoz.
Enseñar educación sexual a los hijos debe hacerse desde una perspectiva positiva, poniendo de manifiesto que la sexualidad es también algo que forma parte de la plenitud vital y la felicidad, pero no desde una idea que asocie la sexualidad a los riesgos, pues ello restará credibilidad.
Profesor Titular de Universidad. Psicología Evolutiva y de la Educación. Director del Instit. Univers. Mixto de Investigac. de Educación y Desarrollo Daisaku Ikeda (IEDDAI), Universidad de Alcalá
Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Valladolid y Director del Laboratorio LipsiMedia Ad-Lab, Universidad de Valladolid