Arantxa Otegi, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Aitor Soroa, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Eneko Agirre, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y Jon Ander Campos, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Hemos desarrollado un sistema para que los científicos que investigan sobre la COVID-19 puedan encontrar información relevante y precisa en las abundantes publicaciones sobre la enfermedad.
Usamos inteligencia artificial para tomar decisiones que afectan a nuestra vida diaria. Es necesario asegurarnos no solo de que esas decisiones se basen en datos fiables sino de que sean justas. En este artículo exploramos de qué manera podemos usar inteligencia artificial para asegurar la justicia en las decisiones tomadas por bancos, servicios sociales básicos, universidades o escuelas.
El uso de datos en actividades relacionadas con la inteligencia artificial, y con la industria 4.0 en particular, resulta imprescindible y debe cumplir con algunos requisitos: ser variados, contar con un volumen suficiente, manejarse con una velocidad suficiente y ser actuales. Además, urge una política económica y un marco legal claros.
Hemos desarrollado un sistema capaz de predecir la fotografía que sacaría un cliente si fuera a un restaurante. Le muestra imágenes de diferentes establecimientos para ayudarle a escoger.
Julián Estévez Sanz, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El 31 de diciembre un programa informático recomendó evitar la zona de Wuhan. La idea de predecir enfermedades con ordenadores no es nueva, pero requerirá el acceso a nuestros datos personales.
Los algoritmos detectaron por primera vez el virus de Wuhan, ayudan a estudiar el avance de la epidemia y contribuyen a la búsqueda de vacunas y tratamientos.
En el futuro, aunque las máquinas se encargarán de numerosas labores, algunos trabajos se mantendrán para fomentar los vínculos entre personas y las relaciones sociales.
Uno de los objetivos del proyecto 5G-DIVE es mejorar los sistemas de navegación de los drones para permitir el tratamiento local de los datos que recogen y el control centralizado de su trayectoria.
Utilizamos algoritmos de ‘machine learning’ y sensores fotónicos para cuantificar el número de frutos producidos por cada árbol de una plantación con el objetivo de gestionar mejor las cosechas.
Los avances en inteligencia artificial llegan hasta tal extremo que las máquinas son capaces de crear obras por sí solas. ¿Debe el ordenamiento proteger dichas obras? ¿A quién pertenece su titularidad: a la máquina, a la persona detrás de la máquina o a nadie? La regulación de esta cuestión requiere de normas jurídicas flexibles.
Sello impreso en Gran Bretaña dedicado a la película 2001 Una Odisea del Espacio.
Shutterstock / Neftali
El mundo que plantean las películas futuristas ya está aquí: tenemos en nuestras manos la posibilidad de evitar que el desenlace sea tan catastrófico como en el cine.
Mónica Nepote es directora del proyecto de e-literatura del Centro de Cultura Digital CDMX.
Andrea Tejeda Korkowski
“Me resulta muy complicado discernir lo virtual y lo real”, reconoce Mónica Nepote, cuya labor consiste en promover la literatura electrónica, nuevos formatos y soportes para el libro. Le preocupan los sesgos que introducen los algoritmos y la inteligencia artificial y subraya la necesidad de que los pensadores y los artistas se zambullan en el aprendizaje de las herramientas tecnológicas para que el progreso nos conduzca hacia un mundo más humano.
Dentro de tan solo cinco años se crearán unos 133 millones de empleos, para los cuales se requiere una formación muy específica. El mundo está cambiando y la tecnología (sobre todo, la inteligencia artificial) están a punto de revolucionar el mercado laboral.
Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española.
Santiago Muñoz Machado se ha marcado como objetivo como director de la Real Academia Española que la institución “lidere la transformación o el afianzamiento del español, con 570 millones de hablantes, como una lengua de ciencia y tecnología”.