Las semillas de amapola adormidera, usada para el consumo, a priori no contienen opiáceos. Decimos a priori porque a menudo se contaminan y acaban en nuestro estómago. Por eso, su cocinado es fundamental.
El conflicto puede causar una reducción del suministro de productos como cereales, semillas y aceite de girasol, provocando escasez y subidas de precios que afectarán especialmente a regiones vulnerables.
El Proyecto COMBAT tiene como objetivo reducir la carga de la tripanosomosis animal, una de las enfermedades que limitan el desarrollo de una agricultura sostenible y la seguridad alimentaria en África.
Estas toxinas naturales producidas por algunas plantas pueden contaminar productos destinados a la alimentación humana y animal. Su consumo puede causar daño hepático y tener efectos carcinogénico
El cambio climático afecta al rendimiento agrícola y, por ende, al hambre en el mundo. Pero la intensificación agrícola también provoca daños que contribuyen a acentuar las alteraciones del clima.
Los microbiomas podrían reducir el riesgo de contaminación en los productos que comemos, corroborar el origen y autenticidad de los alimentos, aportarles valor añadido o reducir los residuos que generan.
Las micotoxinas son compuestos tóxicos que pueden producir los mohos en los alimentos. A veces, no basta con quitar la parte podrida, dado que pueden tener graves consecuencias para la salud.
Solemos relacionar los virus con enfermedades y otros aspectos negativos. Sin embargo, estos sirven de gran ayuda en muchas situaciones: desde el tratamiento del cáncer hasta la producción de vacunas.
Al manipular los alimentos en la cocina es importante lavarnos frecuentemente las manos, mantener condiciones higiénicas y evitar el contacto de los alimentos con enfermos. Así evitaremos diseminar resistencias a antibióticos.
La alimentación 5S (Saludable, Segura, Sostenible, Social y Satisfactoria) es uno de los grandes objetivos del siglo XXI. Y, para lograrlo, sí o sí hay que contar con las legumbres.
Saioa Gómez Zorita, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea et María Puy Portillo, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Si bien los alimentos se consideran elementos de bajo riesgo durante esta pandemia, no está de más seguir estos consejos.
La nueva estrategia alimentaria europea ‘De la granja a la mesa’ y la noticia de que Bayer indemnizará a víctimas del glifosato parecen allanar el camino hacia la prohibición definitiva del pesticida.
En un contexto en que muchos hogares de América Latina dependen del crédito para comprar comida, el autor se pregunta qué sistema de producción y distribución de alimentos necesitamos para garantizar la alimentación en un escenario post pandemia.
La legislación europea ha introducido en los últimos años mejoras en las condiciones de vida de las aves, cerdos y vacas destinadas a la producción de alimentos. Pero aún queda camino por recorrer.
Mailo Virto Lekuona, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El agua y prácticamente todos los alimentos de consumo humano de origen animal y vegetal pueden contener residuos de antibióticos o bacterias resistentes a antibióticos o sus genes.
Los estudios sobre la alimentación en Etiopía revelan que impulsar la demanda de alimentos en condiciones por parte de los consumidores es fundamental para detener los millones de muertes y enfermedades causadas por patógenos transmitidos por la comida en todo el continente.
Profesora en la Universidad del País Vasco. Investigadora del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea