La digestión del ganado, el estiércol y el uso de fertilizantes químicos y abono son fuentes de gases de efecto invernadero. Tanto desde la UE como a nivel nacional en España se promueven medidas para disminuirlos.
La influencia de las grandes compañías internacionales traspasa fronteras y las decisiones de mitigación del cambio climático que se toman desde la matriz tienen el potencial de afectar a distintas partes del mundo. ¿Son sus objetivos de reducción de emisiones lo suficientemente ambiciosos?
En el mundo empresarial, los olores contribuyen a detectar peligros y pueden servir para definir un producto, crear una identidad distintiva o mejorar la experiencia tanto de clientes como de empleados.
La fabricación de cemento fue responsable del 27 % de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero en 2020. Sustituir el coque de petróleo empleado en los hornos por hidrógeno renovable es una de las estrategias para reducirlas.
En 2021, más de 500 bancos se unieron en la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto para alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Su inversión en combustibles fósiles descendió en 2022, pero ¿es realmente una tendencia?
La pandemia nos ha demostrado que se necesitan cambios radicales para avanzar hacia un modelo de turismo más sostenible. Las autoras han identificado medidas fundamentales como reducir la distancia y el número de viajes realizados.
El dióxido de carbono fue uno de los ingredientes indispensables para la aparición de la vida en la Tierra, pero sus altas concentraciones en la atmósfera amenazan ahora con destruirla.
El mundo es cada vez más cálido: la temperatura ya ha subido de media a nivel global 1,1 °C y seguirá aumentando mientras no cesen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Subproductos y residuos generados por el sector agropecuario, la silvicultura y la industria papelera pueden ser utilizados para fabricar biocombustibles para los aviones.
Los investigadores del proyecto eCCoSHIP han desarrollado un sistema para producir electricidad a bordo aprovechando los gases de escape del motor y emplearla para propulsar las naves.
Las tecnologías para secuestrar dióxido de carbono son una estrategia útil para luchar contra el cambio climático, pero solo si las emisiones absorbidas se almacenan o utilizan de forma sostenible.
Preocupa especialmente la tendencia al alza a largo plazo de las emisiones de CO₂ procedentes de la quema de combustibles fósiles, que están lejos de llegar a cero en 2050.
El aumento productivo de los últimos años se sustenta en la apertura de nuevas explotaciones intensivas, lo que está provocando un intenso debate respecto a su repercusión ambiental.
Según el último informe del IPCC, no hemos conseguido frenar el aumento de la temperatura media de la Tierra, que continuará durante el próximo siglo. Sin embargo, todavía podemos evitar que vaya a más.
En un reciente estudio, los autores han analizado la aceptación de la medida entre los ciudadanos y sus efectos en el cambio de modo de transporte y el nivel de ventas del comercio de la zona.
En el 2020, los Estados tenían que actualizar sus compromisos para reducir emisiones. Siguen siendo demasiado poco ambiciosos como para disminuir lo suficiente los gases causantes del cambio climático. El Acuerdo de París está fracasando.
Agustín Rubio Sánchez, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) and Rafael Calama Sainz, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)
Alrededor de un tercio de las emisiones antropogénicas de CO₂ son absorbidas por los ecosistemas terrestres, principalmente por las masas forestales.
No hay duda sobre el potencial de las energías renovables en nuestro país. Los interrogantes surgen en torno a su viabilidad técnica y económica y cuestiones como el almacenamiento de energía.
Factores como las variaciones en la velocidad son más importantes para la contaminación ambiental y el consumo de carburante que las velocidades medias de circulación.
Profesor del Departamento de Ingeniería Química Industrial y del Medio Ambiente. Miembro del Grupo de Tecnologías Ambientales y Recursos Industriales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Enseignant-chercheur, Laboratoire des sciences du climat et de l’environnement (LSCE), Université de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines (UVSQ) – Université Paris-Saclay
Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)