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Un año de conversaciones

Decía hace unos días el exbanquero y filántropo Francisco Luzón que el dinero es como el estiércol: de nada sirve si no se esparce.

The Conversation no es un banco ni trabaja con dinero. Es una plataforma divulgativa y su materia prima es el conocimiento, que tampoco sirve de nada si no se esparce.

Portada de The Conversation del 26 de junio de 2018. Archive.org

Y en ello estamos desde el 25 de junio de 2018, hace justo un año.

En estos doce meses hemos publicado más de 880 artículos firmados por casi un millar de profesores e investigadores (un 40% mujeres, un porcentaje por encima de la media pero en los márgenes de la paridad).

Esta misma semana hemos superado los 10 millones de lecturas (4 millones procedentes de fuera de España, principalmente de la América hispanohablante).

Son cifras que muestran retazos de un paisaje que estaría incompleto sin el esfuerzo de los miles de autores vinculados a universidades y centros de investigación que levantan cada día The Conversation, convencidos de que el conocimiento que no se transmite no sirve para nada.

Unas cifras, hay que añadir, que no serían posibles sin la complicidad de los medios de referencia que encuentran en la mirada del experto en The Conversation el complemento perfecto para las informaciones elaboradas por sus periodistas. El País, Cadena SER, ABC y las publicaciones del Grupo Vocento, eldiario.es, Público, Vozpópuli, El Plural, Nobbot, La Nueva España, Huffington Post, El Periódico de Catalunya, Business Insider o el portal gallego GCiencia (que traduce a ese idioma) son algunos de ellos. A la América hispanohablante nos acercan Infobae, Univisión, y agregadores como Flipboard. En total, casi un centenar y medio de digitales llevan a la sociedad, a sus lectores, los artículos aportados por The Conversation.

Portada de The Conversation del 25 de junio de 2019.

Y son parte esencial de The Conversation las instituciones que creyeron desde el primer momento en esta plataforma, y las que se han ido incorporando con el paso de los meses: la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fundación Telefónica, Fundación Lilly, Fundación FINBA, Real Instituto Elcano, Casa África, y las universidades de Oviedo, Barcelona, Autónoma de Madrid, Pontificia Comillas, Valladolid, Córdoba, Politécnica de Valencia, Alcalá, Vic, Politécnica de Madrid, Camilo José Cela, País Vasco, Politécnica de Cataluña, Complutense, Nebrija, IE University, Carlos III, Lleida, Pública de Navarra, Miguel Hernández, Extremadura, Sevilla , Granada y Castilla-La Mancha.

Están en proceso de adhesión varias universidades más, entre ellas la de Salamanca, la Rey Juan Carlos, la Universidad de Jaén y la UNED.

También hemos constituido un comité asesor, presidido en sus dos primeras etapas por Rafael Puyol y por Segundo Píriz, e integrado por figuras relevantes del ámbito académico, científico, intelectual y periodístico, que se encargan de velar por la calidad de una publicación que pretende propiciar nuevas formas de debate.

Rigor académico, oficio periodístico

Hoy, ya consolidados, formamos parte esencial de una encrucijada digital única donde editores de Australia, Estados Unidos, África, Canadá, Francia, Reino Unido, Indonesia y España se reúnen para compartir sus conocimientos.

En la red The Conversation somos, de largo, la redacción más extensa de la historia, formada por más de 85.000 expertos académicos e investigadores, y 120 editores/periodistas que trabajamos juntos en cuatro idiomas (inglés, francés, bahasa indonesio y español).

Somos un altavoz para los expertos. Conjugamos la credibilidad de los que saben qué contar y la habilidad de los que saben cómo contarlo. Lo mejor de dos mundos: rigor académico y oficio periodístico.

Nuestra razón de ser, nuestra agenda, es nítida: alimentar el debate democrático con noticias basadas en la evidencia, expuestas en profundidad, verificadas y enriquecidas por un análisis riguroso, sobre temas relevantes para el presente y para las generaciones futuras: la crisis climática, la igualdad, el feminismo, el empleo, las migraciones, los desafíos demográficos, los avances médicos, el combate contra las noticias falsas y las innovaciones tecnológicas son algunas de las áreas clave de interés.

Contribuimos a la democratización del conocimiento. Y lo hacemos sin ánimo de lucro. Sin publicidad. Sin reparto de dividendos. Sin especulación. Con transparencia.

Procuramos fomentar el protagonismo de los expertos para que compartan su talento con la sociedad, reservando un papel discreto a los periodistas, cuya función, entre bastidores, consiste en adaptar el lenguaje académico y científico al estilo divulgativo de la publicación, pero siempre en diálogo permanente con los autores, que son las únicas estrellas de esta conversación.

Y así seguirá siendo.

Muchos años más.

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